sábado, 29 de octubre de 2011

Otra plata con sabor a nada

La linda asistencia del gol mexicano.
Falta de ideas, individualismo, escasa claridad. Son algunas de las características que mostró el equipo de fútbol masculino en la derrota contra el local, México, por 1 a 0 por la medalla de oro. Los chicos que se pusieron la albiceleste obtuvieron la de plata, lo que es muy meritorio, pero la deuda quedó con el fútbol. Un equipo que apeló siempre al pelotazo. Al atacar casi sin argumentos, sólo por saber que el arco rival estaba ahí adelante. 
Walter Perazzo debió, quizás, meter algún cambio antes de lo hecho. Un ejemplo es el del juvenil de Independiente, Lucas Villafañez, quien ya demostró en su club lo que puede aportar, con buen toque de pelota, o sacarse un rival de encima, o juntarse con quien era el mejorcito de todos, Sergio Araujo. 
Vale mencionar que México jugó con un equipo sub 22 y con los tres mayores de esa edad permitidos, mientras que Argentina eligió ir con todos juveniles sub 20. Esto refleja la importancia que el fútbol nacional le dio a los Juegos Panamericanos. Pero pese a esto, que no es más que una buena excusa, el equipo nunca se encontró. No daban ganas de sentarse a mirar a los dirigidos por Perazzo. El único que daba placer ver era al arquero de Lanús, Esteban Andrada, que fue la figura casi siempre.

Y como si eso fuera poco, el conjunto nacional terminó cayendo en la desesperación del final y culminó dejando una imagen muy fea. Protestando todo, tirando alguna que otra patada de más y terminó el encuentro con diez jugadores. De esta manera, pareciera que la medalla de plata quedó más que justa para Argentina en el fútbol.

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