miércoles, 20 de julio de 2011

URUGUAY

UN EQUIPO DENTRO Y FUERA DE LA CANCHA

Todos juntos festejando el primer gol uruguayo
Una vez más, la Selección Uruguaya en los puestos de vanguardia a nivel futbolístico. Una vez más, habrá que mirar hacia al costado para aprender un poco de quienes funcionan bien. Una vez más, habrá que darse cuenta que no es casualidad cuando un equipo obtiene resultados  constantemente, porque un cruce se podrá ganar por suerte -como le pasó a Perú y a Paraguay el pasado fin de semana-, pero en un proceso el éxito no viene por la suerte.

Y el éxito del proceso que lleva a cabo Óscar Washington Tabárez en la selección Celeste desde el 2006, se construye con mucho trabajo, estudio, coherencia, prudencia e identidad futbolística. Todo eso, es lo que lleva adelante el equipo del Maestro. Cuarto en el Mundial 2010, perdiendo con Holanda en semifinal, pero con orgullo y con la sensación de que si se jugaban cinco minutos más, empataba el partido. Lo mismo sucedió en el partido ante Alemania por el tercer puesto, cuando en tiempo de descuento Forlán estalló una pelota en el palo germano.

Además es un equipo unido. Ante cada gol celeste,  todos los hombres del banco de suplentes salen corriendo para abrazar a sus compañeros transpirados. Un verdadero equipo. En Argentina… ¿Hay equipo?

Una selección coherente es la Celeste. Coherente cuando gana y coherente cuando pierde. Eso tienen los uruguayos futbolísticamente, una selección que hasta perdiendo da la sensación de que su gente está agradecida. Y una selección que cuando gana, no se marea con el éxito, sabe sus limitaciones. Por ejemplo, sabe que Argentina es superior en nombres, pero sabe cómo jugarle porque se siente superior cómo equipo y entonces logra eliminarla. Tiene identidad futbolística, no brilla, no es vistoso, pero juega cómo debe hacerlo ante el rival en cuestión. No es solo garra charrúa, que no brille no significa que no juegue bien, contra Perú le costó al comienzo pero una vez que abrió el marcador, todo fue color celeste y tomó el dominio territorial del campo de juego, por momentos con varios toques.
Es inevitable entrar en comparación con el fútbol argentino, que perdió su identidad futbolística, no se sabe a qué juega y a veces no sabe contra quien juega, porque deja que el rival explote sus mejores cualidades. Por momentos parece el Barça del Pep –cuando le gana por goleada a equipos fuera del mapa de la pelota-, y por momentos parece el River de Jota Jota –la mayoría de las veces.
Carlos Salvador Bilardo como Director de Selecciones Nacionales de los últimos tres años, promulgó la idea de que al mando debía estar la generación del ’86, que tantas alegrías al fútbol argentino le dio dentro del campo de juego… que tantas frustraciones nos está dando desde el banco… afuera del Juegos Olímpicos Londres 2012 con el sub-20, fuera de competencia rápidamente del Mundial sub-17, fuera de la última copa del mundo por goleada, eliminados en casa de una Copa América en la que no se le ganó a ningún rival de las eliminatorias sudamericanas…
Me queda pensar, qué lejos estamos de la organización del fútbol uruguayo. Y para tomar un parámetro, recuerdo que mientras la generación del ’86 jugaba al fútbol en Italia ’90, el Maestro Tabárez dirigía a la selección charrúa. Aquel equipo uruguayo caía en octavos  de final contra la Italia ayudada por el arbitraje, como en todo su Mundial. Una ayuda que no sirvió ante la  Argentina de la generación del ’86, que dentro del verde-césped hacia milagros. Pero fuera, parecería que hace difícil lo más fácil.  
Dicen que la experiencia no se puede comprar. Y Tabárez la empezó a desarrollar en su selección desde 1990. Hoy, en su segundo periodo tras cinco años, se nota la mano de un técnico con muchos caminos recorridos en el fútbol.
Algunos dicen que estamos a “años luz” de un proyecto como el de Uruguay. No sé a cuantos años de distancia estaremos, pero a 20 años estamos seguro. Tal vez no se tengan que ir quienes están, pero al menos saber cada uno sus limitaciones e intentar aprender. No en vano Uruguay hoy tiene al Maestro. Al menos habría que reconocer, que hoy por hoy, nosotros somos alumnos.
Todo lo que tiene Uruguay, es lo que carecemos nosotros, los argentinos. Que nos creemos ser mejores por tener el potencial, claro que lo tenemos, tal vez tengamos más potencial que cualquier otra selección del mundo. Pero para sacarle jugo al potencial se necesitan distintos factores cómo estudio futbolístico, coherencia, prudencia e identidad futbolística. Y la realidad es que todos esos factores no están en el fútbol argentino de esta época. Y si hay algo que no tiene remedio es la realidad.
Si uno tan solo se detiene a escuchar al entrenador uruguayo cuando habla en conferencia de prensa, entenderá un poco más porqué le va bien. Sobre todo porque hay un equipo. Un equipo dentro y fuera de la cancha.
Algunos de los conceptos del Maestro Tabárez
Perú y el planteo del partido: "Este rival fue tan duro cómo pensábamos. Habíamos tenido una experiencia en el primer partido sin el conocimiento que tuvimos ahora de qué era y lo que intentaba Perú. Nuestra preocupación fueron Guerrero y Vargas, son determinantes, por lo que hicimos un dispositivo para que no sucediera lo del gol del primer partido. No habíamos previsto que Vargas jugara de media punta, pensamos que iría por la izquierda pero tomamos las medidas para limitar al rival. Aparecieron Forlán, Suárez y los goles. Y si bien Perú siguió insistiendo, ya lo teníamos controlado y cuando se quedaron con diez hombres, más. Jugamos con tres defensores y dos mediocampistas por la marca de los dos jugadores que nos ponían en peligro, Guerrero y Vargas. Hablamos de mejorar cosas en ataque y la clave es la potencialidad que tenemos. Empezamos a tirar de la media distancia, ocupar más el área y así vino el gol".

La final y la mentalidad: "Los uruguayos no pensamos más que ser segundos es un desastre, tenemos la oportunidad de jugar una final y vamos a intentar ganarla pero eso lo vamos a saber el domingo. Tenemos tiempo de trabajar más de dos días, pero es un grupo que se conoce de hace mucho tiempo. Tener cuatro días es una bendición para nosotros".

El respeto y conocimiento del rival: "Cualquiera de los cuatro equipos que llegó a esta instancia puede ser campeón de América. Creo que Venezuela ha conseguido algo histórico muy merecidamente, defiende bien y trata muy bien la pelota. Paraguay siempre con su estílo histórico y en la medida que se potencie va a ser un rival difícil también. En un torneo como este no se elige rival".

La actualidad de Luis Suárez y la coherencia en su crecimiento futbolístico: "Es un gran delantero, de la élite del fútbol mundial. Para nosotros no es un descubrimiento. Nosotros en 2007 dudamos de llevarlo a jugar la Copa América o dejarlo jugar en Mundial Juvenil para que siga su crecimiento. Y jugó el Mundial porque creimos que era mejor respetar los tiempos. Esa potencialidad que tiene cuando aparece define los partidos, como hoy. Es un jugador importante y por eso lo sustituí porque tenía amarilla. Una cosa es con Suárez y otra sin Suárez la final".

El proyecto de selecciones: “Las actuaciones de las juveniles y de las mayores generaron una nueva manera de hacer las cosas, cada uno sale a festejar cuando quiere. Hace cinco años que venimos desarrollando un proyecto de institucionalización de los procesos de selecciones nacionales. En esos procesos han aparecidos los Coates, los Suarez, los Abel Hernández, los Lodeiro. Cuando por edad haya que cubrir algunos puestos, vamos a recurrir a la tercera opción, que son los juveniles. La segunda opción son los suplentes. Lo hemos visto en otros países y por suerte lo estamos llevando a cabo.

El saber las limitaciones: “Considerando los condicionantes que tenemos como país y nuestra realidad futbolística, en mi opinión es necesario seguir con este tipo de trabajo. Hubo otra realidad no hace mucho tiempo en la que por los lauros de antaño nos creíamos más y ahora el uruguayo cambió la forma de pensar y salir segundo no es un fracaso".

1 comentario:

  1. Simplemente, brillante. Casi tan brillante como Juan Román Riquelme.

    ResponderEliminar