Fassi lo hizo: no fue magia
Talleres venció 2-1 a All Boys en Floresta y ascendió a primera división. |
Hay que saber rendirse ante las evidencias, en un contexto de urgencias donde los únicos soberanos son los resultados. Desde que Andrés Fassi asumió a la presidencia de Talleres, consiguió dos ascensos en 18 meses. Inobjetable, guste o no su estilo, parezca a veces personalista o autoritario, o de la sensación de una empresa más que de un club de fútbol. Rescató al albiazul de los infiernos del Federal A, y apenas perdiendo un partido en año y medio, recuperó el prestigio de la institución, con la llegada a Primera División después de 12 años.
Hay cosas por cuestionar, obvio. El destino de algunos fondos, procedencia de ese aporte extraordinario no reintegrable de 10 millones de pesos, un balance que no fue autosustentable, sin dudas existen en el escenario intrigas que no son de color rosa. O de la participación de Grupo Pachuca en esta inversión. Asimismo, la identidad, la marca y la evolución fue tan notoria, logrando que el país hable de Talleres, y de eso no hay mucho que discutir.
No fue gratis. No fue fácil, hubo aciertos e idoneidad. Con la elección de Frank Kudelka como DT, quizás sin convencer desde el brillo pero con un pragmatismo inusitado. Con refuerzos de jerarquía. Con inferiores en los primeros planos. Con proyectos de infraestructura que invitan a soñar. Es cierto, la reciente asamblea dejó espacios en gris, con el mecanismo de inversión y la posibilidad latente de venta del predio de las 24 hectáreas, afectando al corazón del hincha. Pero nada de eso supera en la consideración del pueblo albiazul el hecho de haber recuperado la autoestima y el prestigio. De sentirse grandes otra vez. De soñar en grande.
Dirán que fue una B Nacional devaluada y en parte es cierto, tras la hacinada Primera División con 30 equipos. Pero lo ganó de punta a punta, liderando desde la 1° fecha. Como en el Federal A. Protagonismo permanente. Con puntería en los refuerzos, gestión y oficio. No hay otra receta.
No fue magia. Es la realidad. Seduzca o no su discurso, suene a veces altanero, al final su convencimiento pudo más que todo. Y con más acción que palabras. Talleres vuelve a primera, con figuras dentro del campo de juego, y por un manejo fuera del mismo que revolucionó barrio Jardín, por efectividad, sapiencia y sobre todo trabajo. Así todo se hace más creíble, aunque todavía quedan muchas respuestas por saberse. Pero con los resultados en mano, la paciencia puede estirarse un poco más, según parece considerarse en el ánimo del eufórico hincha albiazul que ya palpita volver a jugar frente a Boca y en el Monumental. Y con recuperar el clásico con Belgrano. No fue magia, guste o no.
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