De Wild Card a Win Card
"Poco a poco voy jugando mejor. Los rivales son cada vez más difíciles. Pero yo también estoy en mejor nivel". Confianza en su juego. ¿Y cómo no confiar?
Si las torres de Manhattan se iluminan al ver una fantástica versión de la mejor derecha del circuito en casa, el US Open: la derecha de la Torre de Tandil. Imposible no tenerse fe si estás
mostrando una combinación de tenis que asusta a cualquier grande.
Derecha intimidante, una potencia
de saque que lastima como en sus mejores tiempos, un drive aplastante, un revés
con slice de orquesta, más un viaje a
la red con un manejo de tiempo y espacio digno de un jugador Top. Del jugador Top que es. Esas actitudes
conjugadas con una concentración máxima, hacen de Juan Martín del Potro, el
tenista en New York al que los mejores tenistas del circuito prefieren evitar
antes de la final.
La posición 142º en el ranking
con la que llegó al cemento estadounidense, no le daba buen augurio en los
cruces. Precisó una Wild Card
para jugar en el torneo. Pero el nivel mostrado en los Juegos Olímpicos, es lo
que lo motivaba a él para seguir escalando en su competencia propia: llegar a
su mejor nivel. El gran objetivo que está cumpliendo con creces.
De pensar con que rival duro se podía
chocar desde arranque, debido a entrar por invitación y un mal ranking, la
historia se dio vuelta y son los favoritos los que esperan para que no les
toque Delpo en primera semana.
Delpo a su magistral
talento con la raqueta le volvió a imprimir la mentalidad ganadora, lo que
diferencia un gran jugador con uno de los mejores del mundo. Esa fortaleza mental que viene mostrando el hombre de Tandil.
“Estoy en Cuartos, donde están los mejores. Son todos candidatos a
ganar. Y disfruto mucho de lo que me está pasando”. Se lo ve feliz,
distendido, haciendo bromas con su ranking… alegando que ahora nunca es
favorito y casi que se siente cómodo por eso. Que goza de estar jugando en los torneos
más importantes, ajustando tuercas y elevando su rendimiento para llegar a su
mejor versión.
La mentalidad, punto fundamental
para que su talento vuelva a marcar diferencia. Ese chip ganador que muestra en su juego, que también muestra cuando
habla.
“Me dijeron que me tocaba Djokovic de arranque y es de esos partidos
que me encanta jugar. Aunque es un rival que nadie se quiere cruzar en primera
instancia. Hubiese preferido enfrentar a otro. Pero creo que él tampoco debe
estar muy contento de que le haya tocado yo”. Palabras más, palabras menos,
se expresaba con seguridad tras haber sido sorteado para jugar con el Nº 1 en
el primer partido de los Juegos Rio 2016.
Y fue en Río 2016 donde volvió a
elevarse la Torre de Tandil, y canalizó
en altísimo nivel su preparación de todo el año desde su regreso. Escenografía
olímpica, la mejor energía deportiva para impulsar el cambio de chip. Así se llevó puesto a Nole y a Rafa Nadal entre otros, para jugar una enorme final ante Murray y
coronarse con la medalla de plata.
Una plata que valió oro. El
retorno a la conversación entre los grandes. Haciendo sufrir con su tenis a
cada uno de ellos en fila. Y un detalle: demostrándose a sí mismo que estaba
muy bien en lo técnico, en lo físico y especialmente en lo mental.
Volver a estar a nivel top, ese
fue su oro. Estar en el podio, un título que poco imaginó cuando estaba en un quirófano
estadounidense por ser operado de su
muñeca izquierda por tercera vez. Si hasta por su cabeza deambuló la posibilidad
de no volver a empuñar una raqueta en el circuito profesional. "Esto es mucho más grande de lo que
podía imaginar. Cuando vi el sorteo, pensé que a los pocos días iba a
estar con mis amigos en Tandil comiendo un asado, pero el sueño se iba haciendo
cada vez más posible. Casi no vuelvo a jugar al tenis. Se me cruzó muchas veces
por la cabeza. Veía la lesión muy complicada, sin poder resolverla, y estar
fuera de competencia es lo más difícil del mundo para un deportista".
La historia tenística de Juan
Martín es hollywoodense. Emulando la leyenda de Ave Fenix, que marca que hay que
morir un poco para renacer luego en una versión más fuerte y más sabía
mentalmente.
Y Delpo murió tenísticamente por dos años dramáticos debido a la mencionada
muñeca izquierda, que lo obligó a pasar tres veces por un bisturí y que osó con
privarlo de lo que más le gusta: soltar esa derecha con tiros letales en una
cancha de tenis para hacer vibrar a los espectadores que saben apreciar el buen
juego.
¡Pero volvió! Cuan Ave Fenix en
una versión más fuerte y con mentalidad superior para ir con todo a su meta:
disfrutar y volver a las grandes ligas. "Me
pasó lo peor que a un deportista le puede pasar. Hoy puedo hablar desde
una cancha de tenis, mostrando mi juego, consiguiendo una medalla para el país.
Mi nivel me llena de ilusión. El gran objetivo es curarme del todo,
levantarme, pegarle tan fuerte de revés como de derecha y ponerme bien en todos
los aspectos para la temporada que viene jugar de igual a igual con los mejores”.
Vaya si lo está logrando. Un click motivado por el mágico espíritu olímpico,
el de superarse a sí mismo, que lo hizo elevarse cada vez más cerca de su meta
a velocidad de un Formula 1."Jugué
partidos inolvidables, con un nivel que me sorprendió hasta a mí mismo:
aguantaba físicamente, la mano me dejaba jugar, la derecha iba cada vez más
fuerte. No sé si alguna vez jugué tan bien al tenis como con Djokovic. Es algo
maravilloso".
Es asombroso ver la levantada de
un atleta como lo estamos viendo con Del Potro. Una levantada que se está
consolidando y potenciando en el US Open. Pavada de escenografía. Tal vez el
mejor lugar para la bestial explosión. Es que en Flushing Meadows la Torre de Tandil se topaba en una final inolvidable
ante el mejor Roger Federer y alzaba el trofeo allá por el 2009.
El Arthur Ashe es un hogar que le
sienta muy bien a Delpo. Esa combinación extraordinaria geográfica, física y
mental hace que se pueda disfrutar de un tenista top. “No sé si estoy jugando tan bien como antes, pero estoy ganando y eso es
lo importante. Ojalá llegue muy lejos aquí, porque amo esta atmósfera. Siento
una conexión, me siento muy identificado con estos aficionados”, reconoció
luego de pasar a Dominic Thiem -abandonó por dolor en su rodilla- e ingresar al
calendario de Cuartos de final donde se medirá con Stan Wawrinka.
Se convirtió en el jugador con
peor ranking en acceder a esta instancia en los últimos 25 años con el puesto
142. Jimmy Connors lo había logrado en 1991 arrancando el torneo Nº 171. Ahora
le espera un cruce en el que las luces neoyorkinas enfocaran con atención ante
Wawrinka. El público neoyorkino lo idolatra y es feliz cuando lo tiene en
cancha. Y su cabeza lo sabe. Esa cabeza que va ganando duelos propios y
derribando conos ajenos en el circuito.
El Ave Fenix con raqueta. Con sus
198 centímetros y esa derecha desafiante, está en el lugar donde mejor se
siente, para volver a triunfar a lo grande. En la Gran Manzana, donde lo
invitaron para agigantar la Torre. Esa invitación especial para volver a
disfrutar jugar. Y Del Potro la transformó en su carta ganadora… De Wild Card a Win Card.
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