UN EQUIPO NERVIOSO... UN ENTRENADOR NERVIOSO
Por @JonyFabbian
DESDE NIZHNY NOVGOROD.- En un estadio donde prevaleció más el público argentino con sus cantos de aliento, en comparación con el primer partido, las respuestas desde el campo de juego no fueron para la tranquilidad de la hinchada. El equipo dirigido por Jorge Sampaolí jugó un primer tiempo demasiado impreciso a la hora de tocar la pelota en ataque, y más aún a la hora de salir jugando desde abajo.
La defensa albiceleste se mostró muy errática. Además de dejar espacios a merced del ataque croata con esa repentina línea de tres implementada por el entrenador. La jugada que ejemplificó esta situación fua a los 4 minutos, cuando Perisic recibió solo por izquierda, con espacio sobrante, definió bien, pero salvó Willy Caballero un arranque que hubiese sido agua helada para la mayoría del público presente en Nizhny. Croacia manejó mejor la pelota en la primera mitad, pero Argentina tuvo la oportunidad más clara de gol, desaprovechada por Enzo Pérez con el arco casi vacío.
De igual manera en el complemento, pero con la efectividad de los europeos, que lastimaron siguiendo los argumentos de la primera etapa. Un error defensivo, una pelota mal jugada con nerviosismo hacia atrás... Willy Caballero que despejó rápidamente de forma errática y Rebic facturó. Fue el 1-0 a los 8 minutos.
Sampaoli histérico, movió el banco como nunca. En diez minutos hizo los tres cambios. Primero Higuaín por Agüero, segundo Pavón por Salvio, y por último Dybala por Enzo Pérez. De poco sirvió, los nervios continuaron. El entrenador no daba argumentos tranquilizantes a un equipo que estuvo incómodo en todo el partido. La imagen del entrenador insultando al defensor Vrsaljko por tirar una pelota por la banda fue una muestra más de lo que se mostraba en el campo. La impotencia de un equipo. La impotencia de un Messi que poca precisión le aportó al juego, y no pudo dar paños fríos en los momentos críticos.
Croacia era la otra cara de la moneda. Tranquilidad y precisión. Aprovechando el nerviosismo argentino que le vino como anillo al dedo. Y apareció Luka Modric, con el despliegue digno de los mejores del mundo, y clavó un tiro inatajable para Caballero. 2-0 y partido liquidado. Pero faltaba más. En la pila de nerviosismo que aumentaba en el equipo argentino, viendo que no había nada que hacer, los craotas no tuvieron piedad para marcar un tercer gol ya en tiempo de descuento y con todo el espacio del mundo, casi entrando con la pelota al arco. Un pila de nervios, dentro del campo y desde afuera. Dejando a la Selección Argentina en terapia intensiva. Ojala se pueda salvar en Rusia 2018.